Creo que ya he mencionado alguna vez que soy un pelín
negativa y a todo consigo darle la vuelta para ver el lado feo. Y si no lo he
dicho creo que resulta bastante evidente con leer un par de párrafos
cualesquiera del blog. Así que estaba
escribiendo un post sobre propósitos de año nuevo y esas cosas que tocan ahora
y pensé que tampoco estaría mal pararme un poco en los logros de este año que
nos ha dejado, para variar. Ya hablaré
de lo que no he logrado algún otro día.
Los dos últimos años han sido para mí años de cambio en
varios aspectos. Sobre todo he empezado a ser consciente de la importancia de
ser más coherente en mi vida y alinear mis valores con lo que hago en mi día a día. Y aunque me
queda mucho por hacer (sí, ya me estoy quejando pero no me puedo colgar
medallas así como así, no sería yo entonces), he cambiado muchos hábitos de los
que no me enorgullecía pero que me “calmaban” y a los que me agarraba para
conseguir mi efímera dosis de satisfacción.
Ha sido un año en el que entendí qué significaba e implicaba ser una
persona introvertida y me hizo comprender aspectos de mí misma que no acababa
de asimilar y que no estaba manejando de una manera saludable. He conseguido
perdonarme en algunos aspectos y dejar de forzarme a ser algo que no soy. A entender que no soy una
versión peor que otras sino simplemente una versión diferente.
Ha sido el año en el que he ido dejando el consumismo
irresponsable y compulsivo. He sido más realista con lo que necesitaba. He
optado por opciones lo más sostenibles y respetuosas con las personas que desde
mi posición de consumidora he podido encontrar. Y ese cambio ha sorprendido a
mucha gente porque confieso que durante mucho tiempo recurría a comprar para
sentirme mejor, porque era algo que controlaba y porque quería dar una imagen
hacia fuera para suplir que en realidad no sabía como dar una imagen de otra
manera.
Ha sido un año en el que he seguido cuidando mi
alimentación y me he demostrado que soy
capaz de dejar de utilizar la comida para calmar la ansiedad y de organizarme
para cocinar con materias primas e ir dejando opciones procesadas.
Este año di un paso hacia un cambio que me lleva rondando la
cabeza desde hace 7 años. Me gustaría cambiar de profesión pero el miedo a
fracasar, el miedo a estar rindiéndome sin haberlo intentado lo suficiente, el
miedo a que tampoco me guste ese otro trabajo y a que el problema esté en mí
realmente, toda esa indecisión e inseguridad me habían paralizado todo este
tiempo. Este año he dado un pasito para empezar a cambiar de dirección, para
prepararme para ello y de paso transmitirle a las personas que me importan mi
deseo de cambiar. Queda un largo camino y no sé donde acabaré pero he
conseguido tragar saliva y dar el primer paso.
Por último también es el año en el que reabrí este blog. Cuando
lo creé hace 8 años (mamma mia!) , lo hice porque lo que leía en internet, en
otros blogs y foros me ayudaba y me consolaba y quería ser parte de eso,
devolver algo de lo que me había proporcionado. Y porque me quería desahogar y
no era realmente capaz de hacerlo en la “vida real” Lo acabé cerrando porque ni
era constante, en ese momento tenía que concentrarme en otras cosas (otra razón
para que deambulara tanto por internet, procrastinación…) y porque me daba un
miedo horroroso que alguien me leyera (sí, sé lo que es internet y que podría
haber usado un cuadernito en su lugar pero yo pensaba que tenía un escondite
impenetrable y que ya si eso algún día lo daría a conocer). Recuerdo que me
comentó una bloguera a la que yo seguía y admiraba porque al haber puesto yo un
enlace en mi página ella acabó conociendo mi blog. Yo no tenía ni idea de que
por ahí podía llegar al blog y me provoco mucha ansiedad que me escribiera y
tener que responderle, aargh... (Sí, soy experta en convertir algo bueno en una
historia de terror, yeah).
En fin, que este viaje al pasado es para explicar por qué
para mí el llevar un par de meses con este blog es un logro. El haber tenido
una cierta constancia, el saber que alguien lo pueda leer, haberme atrevido a interactuar,
aunque sea mínimamente con otros blogs, gente que admiro, me gusta leer y que
quiero que sepan que me aportan algo porque creo que es lo justo, en fin, que
todo esto para mí es un gran avance. No me importan ahora mismo las
estadísticas, que me quede mucho para que el blog tenga una personalidad clara,
que no me organice y rara vez tenga claro de qué voy a escribir en el próximo
post o que al final con tanto desahogo personal no aporte demasiado a nadie.
Son cosas que intentaré ir mejorando pero me quedo con lo que he logrado y me
siento satisfecha de seguir por aquí un día más.
Adiós 2016, has sido un año de ir tomando impulso. A ver
donde llegamos.
Feliz año nuevo y
espero que este año logréis ser la mejor versión de vosotros mismos
posible y la más feliz. Un beso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario