Me acecha la tentación de dejar esto para luego, para un momento en el que esté más motivada, pero eso es huir, aplazar y de hacer eso ya sé las consecuencias y no me gustan. Al fin y al cabo es lo que hago con mi vida, dejar las cosas para cuando me sienta mejor, cuando me apetezca, cuando tenga más tiempo... o para nunca, ya puestos, o para cuando lo tengo que hacer por huevos y al final sale mal... pero claro, como fue tan precipitado cómo iba a salir? Bonita excusa.
Quiero ser responsable de mi vida, quiero dejar de sentir que soy una víctima de las circunstancias, que no tengo otra opción. Quiero decidir y no esperar a que decidan por mí o a que aplaudan mi decisión.
Quiero escribir todos los días en este blog. Quiero poder expresar mis sentimientos aunque sea de una forma tan patética y destrangis. Pero oye, estoy corriendo el riesgo de que alguien descubra este blog algún día y me lea.
Quizá esto no sirva para nada. Quizá sentarme delante del teclado y remover la mierda no sea más que hacer lo que siempre he hecho pero en moderno y tecnológico. Quizá sí, porque me daba tanta pereza y pasaba tanto de hacerlo que el hecho de estar aquí sentada arriesgándome a que me salga un sabañón en el frío de esta habitación puede que sea una señal de buena voluntad de mi maltrecha autoestima.
De todos modos intentaré que las próximas actualizaciones, si llegan a existir, sean más positivas. Será un blog de mis avances, de las cosas buenas que consigo, no de autocompasión.
jueves, 17 de enero de 2008
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