martes, 19 de febrero de 2008

Como un fan


¿Es esto hacerse mayor? ¿Qué significa el hecho de que ya no me emocione por un grupo de música, que ya no escuche un disco una y otra vez, ni busque fotos para ponerles caras e incorporarlos a mis fantasias, ni me intente reconocer en sus vidas? Ni que suspire por ningún actor, ni me flipe ningún tipo de trilogía, ni tenga ningún libro de cabecera con el que responder sin dudar a la pregunta de cuál es mi libro favorito... Supongo que he perdido la ilusión a fuerza de pasarme la vida señalándome con el dedo cada vez que me salgo un poco del tiesto. ¡Ridícula! me digo cada vez que no recibo la respuesta que esperaba a mi euforia por algo. O quizá me he hecho mayor... y me he convertido en la persona más triste que conozco.


Quiero volver a ser una fan.

miércoles, 13 de febrero de 2008

¿Feliz en la burbuja?


Últimamente me he obsesionado con analizar todos mis comportamientos y pensamientos, con buscar en todas partes reflejos de lo que siento o hago. Mal de muchos consuelo de tontos, supongo.

¡Oh, me identifico con ese personaje, en este libro de autoayuda me definen perfectamente, el que escribe este blog me comprendería...! Se supone que hago todo eso porque quiero encontrar una luz, pienso que de repente voy a leer algo que me va a iluminar, a cambiar la vida... pero empiezo a pensar que quizá no es eso lo que busco.

Quizá no quiero que las cosas cambien. Quizá en el fondo me gusta sentirme como un bicho raro porque me empeño en pensar que eso es lo único que me hace especial, aunque sea de una forma patética y de bastante pena. Pero yo sé que a pesar de callar, de pasar desapercibida, de vivir en mi nube y echar a empujones a todo aquel que quiera subir, yo sé qué está pasando... y eso al final me consuela. Soy como una de esas personas que maltratan a otras para luego cuidarlas, ese síndrome que sale de vez en cuando en las series de médicos. El círculo de la autocompasión es así. Algo no sale como tú querías, te dices lo estúpida que eres, te hartas de llorar para después tener una sensación de calma, de mañana será otro día, de como ahora me siento mal no soy capaz de hacer nada así que no voy a hacer nada, y así sucesivamente. Y te propones cambiar pero no cambias nada, una vez que pasó el mal rato te engañas pensando que vas a intentar que no te vuelva a suceder... pero no haces nada, nada cambia.

El mundo me parece tan hostil, yo me siento tan minúscula. Siento que no sé por donde empezar y me quedo en mi burbuja. Mi burbuja cambia de color según el día. Casi nunca tiene invitados y hay lugares descascarillados, recuerdos de pasajeros deseos de libertad. A veces alguien intenta entrar pero llevo años ideando cómo evitar a esos intrusos y ya ni aunque sean bienvenidos los dejo entrar. Pero me siento segura.


¿Por qué alguien no me da una buena hostia ya?